La cuenta de ahorro. La mayor parte de las cuentas de ahorro son casi lo mismo que
una cuenta corriente. La diferencia más importante es que el banco nos entrega una
libreta (por eso se le llama también libreta de ahorro) en la que se van anotando los
movimientos de la cuenta, es decir, los ingresos que tenemos y los gastos a los que
hacemos frente con cargo a dicha cuenta.
¿Sabías que…?
La cuenta de ahorro puede ofrecer menos facilidades para realizar ingresos y pagos
que la cuenta corriente. Por ejemplo, no puede disponer de un talonario de cheques.
A cambio de esas restricciones el banco puede darnos un tipo de interés más alto,
es decir, nos puede ofrecer una cuantía de dinero más elevada por depositar nuestro
dinero en una cuenta de ahorro que si lo depositamos en una cuenta corriente.