viernes, 1 de marzo de 2013

¿Qué es un Banco?



Un banco es una entidad cuya actividad consiste, en esencia, en comprar dinero a un precio y venderlo a otro con el objetivo de obtener un beneficio de la diferencia entre ambos precios. Por lo tanto el banco es como cualquier otra empresa, es decir, una organización que persigue la obtención de beneficios económicos a través de la oferta de productos y servicios financieros que satisfagan unas determinadas necesidades de las personas y empresas.


La peculiaridad del banco es que su materia prima, el producto que compra y vende es el propio dinero. En este caso, la base del beneficio de los bancos reside en la diferencia entre lo que paga por el dinero del que dispone y lo que cobra por prestar ese mismo dinero. Al “precio” del dinero se le llama “tipo de interés”, que es lo que determina el margen de beneficios de los bancos. Por lo tanto, y como todas las empresas basan sus beneficios en la diferencia entre lo que les cuesta obtener y poner a la venta sus productos y lo que obtienen por la venta de esos productos. Resumiendo: “el banco nos paga un determinado tipo de interés por disponer de nuestro dinero cuando lo guardamos en el banco, y nos cobra un tipo de interés más alto por prestarnos dinero ”

Veamos un ejemplo para ilustrar mejor en qué consiste el negocio de los bancos: 

Imaginemos que usted dispone de 3.000 euros que ahora no necesita y decide depositarlos en un banco porque será más seguro, más cómodo y económicamente más rentable que guardarlos en su casa. Después de comparar lo que le ofrecen los distintos bancos, se decide por uno que le ofrece un tipo de interés del 4% anual por “guardarle” sus 3.000 euros a cambio de que no los toque durante un año. De este modo, al cabo de un año usted dispondrá de los 3.000 euros más el 4% (120 €) es decir, tendrá un total de 3.120 euros, menos el IRPF. Ahora imaginemos que un amigo suyo necesita comprarse una moto pero actualmente no tiene dinero para pagarla y se va al mismo banco a pedir un préstamo de 3.000 euros. A cambio de prestarle los 3.000 euros, su amigo ha acordado con el banco que le devolverá los 3.000 euros más el 6% de esa cantidad, mediante cuotas mensuales durante los próximos 12 meses. Es decir, su amigo acabará pagando al banco al cabo de un año 3.180 euros. Con este ejemplo vemos cómo el banco “ha comprado” su dinero al precio/tipo de interés del 4% y lo “ha vendido” a su amigo al 6%. La diferencia entre un precio y el otro es el negocio que hace el banco.

Igual que cualquier otra empresa, si los ingresos que obtiene un banco por la venta de sus productos y servicios son menores que los costes que tiene para producirlos, el banco tendría pérdidas. Si la situación no cambia a la larga el banco (como cualquier otra empresa) tendría serios problemas. 

Esto es equivalente a lo que pasa con nuestras economías domésticas. Es muy importante que los ingresos que tenemos sean superiores (o como mínimo iguales) a nuestros gastos. Si esto no es así quiere decir que necesitamos endeudarnos, o sea, pedir dinero a alguien para mantener nuestros gastos. Esto puede ser una solución para una situación temporal pero si se alarga en el tiempo puede convertirse en una situación muy perjudicial para nosotros. 

¡Recomendación! 

Podemos hacer un ejercicio muy sencillo y muy útil pero que no hacen tantas personas, y que consiste en hacer dos listas, una con todos nuestros ingresos y otra con todos nuestros gastos mensuales. Es muy importante que sea muy detallado y realista (no vale auto engañarnos!) así que debemos apuntar todos los gastos… desde el pago de la cuota de una hipoteca o del alquiler de un piso a todos los gastos de luz, agua, teléfono etc. Junto con el dinero que gastamos en comida, en transporte público o gasolina o lo que pagamos de media en gastos relacionados con el ocio (ir al cine, tomar algo etc.) Si la columna de gastos nos sale superior a la de ingresos, esto puede ser un indicador de que tenemos un problema y lo más recomendable es ajustar esos gastos a los ingresos reales que tenemos!