Lo más habitual es que el préstamo se devuelva mediante el pago de cuotas mensuales
en cuyo importe se incluye una parte del dinero prestado que estamos devolviendo (el
llamado capital amortizado), más los gastos de intereses que supone la devolución de
los intereses acordados.
Cuanto más largo sea el plazo de devolución, el importe de las cuotas será menor pero
en cambio los intereses totales a pagar serán mayores.
Hay diferentes modalidades de pago en función de si el importe de las cuotas es
constante, creciente o decreciente a lo largo del tiempo.
¿Sabías que…?
El sistema de cálculo de préstamos denominado francés es el más utilizado por
las entidades financieras, y que se caracteriza porque el pago se realiza mediante
una cantidad constante periódica (compuesta de amortización e intereses) durante
la vida del préstamo, salvo que varíen sus condiciones de tipo de interés (por
ejemplo en los préstamos hipotecarios de interés variable) a cuando se realicen
amortizaciones parciales anticipadas; estos supuestos implican el cálculo de una
nueva cuota en función de las modificaciones en las variables del préstamo.
Existen otros sistemas, como el de Cuota de Capital Creciente pero con el que hay que
tener cuidado porque puede parecer que se paguen menos años y con mensualidades
también menores. Pero lo que hace es que al principio paga más de intereses que
de propio capital, pero como los intereses se pagan por el capital pendiente, con los
años el interés va subiendo y esto afecta a la cantidad que debemos pagar al mes.
¡Recomendación!
Si usted va a pedir un préstamo hipotecario, debería reflexionar sobre cuáles
son sus expectativas de ingresos futuros y elegir el plan de amortización, es
decir, de pago, que más le convenga de entre los que le ofrezcan las entidades
bancarias. Nuevamente, conocer bien nuestra situación y las distintas
opciones que nos ofrecen las entidades financieras es la mejor garantía para
evitar situaciones adversas.