viernes, 22 de abril de 2016


¡Buenos días!


¡Aquí les dejamos la continuación del artículo sobre los consejos más importantes a la hora de buscar empleo! 

CONTROLA LOS NERVIOS
ISABEL PÉREZ
Imagina que un amigo te pide que pronuncies un breve discurso el día de su boda, en la iglesia, frente a los 200 invitados. ¿Qué harías? Seguramente preparar un borrador, ensayarlo repetidamente y pedir opinión a otros amigos y familiares. Posiblemente intentarías no dejar nada (o muy poco) a la improvisación y tenerlo todo más o menos bien preparado. Pues sabes que, de este modo, cuando llegue el momento, te pondrás menos nervioso y lo harás mejor. 

Una entrevista de trabajo requiere una preparación similar. Como ya hemos repasado las pautas esenciales para tener éxito en la entrevista, me gustaría centrar este artículo en el peor enemigo que tenemos en estas situaciones: los nervios. Aparecen cuando menos los necesitamos y más nos perjudican, y a menudo nos cuesta controlarlos. Sin embargo, la buena noticia es que los nervios sí se pueden reducir e incluso eliminar. Cuanto mayores somos, mayor capacidad adquirimos para dominarlos, gracias a nuestras experiencias vividas. Cuanto más jóvenes, nos resulta más difícil, pero también podemos poner en práctica valiosas técnicas que nos serán de gran utilidad. 

Piensa que es normal ponerse nervioso en una entrevista y que los entrevistadores lo entienden. Unos nervios moderados, que se van perdiendo poco a poco, no representan ningún problema. Pero cuando llegan a bloquearnos y a dominarnos por completo, son altamente perjudiciales. Por ello, no podemos permitir que se produzca esta situación, para lo que compartiré contigo algunos consejos: 

Desmitifica: quien te entrevista es un ser humano. Piensa que ya has llegado muy lejos siendo elegido para la entrevista y esto quiere decir que estás entre los mejores. Lo peor que puede pasar es que no seas el elegido, pero convéncete de que llegar a la entrevista ya es un logro, pues sólo lo consigue un pequeño porcentaje. 

Familiarízate con la compañía. Infórmate y conoce todo lo que puedas sobre ella, ya que esto aumentará tu sensación de control. 

Practica las respuestas a las posibles preguntas con algún familiar, tantas veces como sea necesario, hasta que te sientas cómodo. De este modo, cuando llegue el momento de la entrevista, evitarás el riesgo de la improvisación y las respuestas atropelladas e inconexas que ésta conlleva. 

• El día de la entrevista, levántate antes para no ir apresurado. Desayuna enérgicamente y tómate una infusión, pues ayuda a mitigar los nervios. 

Déjalo todo preparado la noche anterior: vestimenta y documentación impresa. Así amanecerás con la mente despejada y no tendrás que preocuparte de la logística. 

• También antes de la entrevista, es ideal poder practicar algunos ejercicios de respiración antes de salir de casa, pues consiguen derribar completamente los nervios y nos producen bienestar. Inhala profundamente por la nariz y exhala despacio por la boca. Si lo haces acompañándote de música clásica, los resultados serán aún mejores.

• Momentos antes de la entrevista, cuando estés en la sala de espera, piensa en logros que has conseguido en el pasado, ya sea en tu vida laboral, académica o personal. Esto te ayudará a convencerte de que eres capaz de muchas cosas y te sentirás más seguro. 


Recuerda que si logras controlar los nervios, conseguirás proyectar una imagen personal mucho más favorable y tus posibilidades de ser el elegido aumentarán. Si notas que sigues poniéndote nervioso en las entrevistas, no te preocupes, pues es cuestión de práctica, práctica y más práctica. Segurísimo que cada vez lo vas haciendo mejor.


PACIENCIA
MARINA ARMIJO

Me gustaría compartir contigo un valor que no sólo te ayudará enormemente a afrontar la búsqueda de empleo, sino que también mejorará tu calidad de vida. Se trata de la paciencia. Durante mi etapa como psicóloga y consultora de la Fundación Adecco, me he dado cuenta de que su ausencia es fuertemente perjudicial para la salud mental de las personas, pues genera una inmensa frustración y nos hace caer en una espiral de pesimismo. 

La impaciencia surge cuando queremos que algo suceda “ya” y no lo conseguimos, la espera nos genera angustia y somos incapaces de aceptarla. 

Por ejemplo, cuando estamos “a expensas” de que nos llamen para hacer una entrevista de trabajo. No nos separamos del teléfono y no dejamos de consultar el e mail. Pero nadie nos da señales de vida. Con los días, nos empezamos a sentir mal y a perder la esperanza: el contacto no se ha producido en el plazo que esperábamos. 

Si te sientes identificado con esta situación, me gustaría hacerte una pregunta: ¿está bajo tu control que la empresa se ponga en contacto contigo? ¿Depende de ti? La respuesta es un NO rotundo. Tú puedes hacer todo lo posible para que te llamen: preparar un currículum original, contactar con ellos a través de diferentes canales y dar lo mejor de ti mismo en la preparación de la candidatura.

Pero su llamada está fuera de tu control, con lo cual no merece la pena impacientarse pues, por mucho que lo hagas, las circunstancias externas no cambiarán.

Entrenar la paciencia tiene múltiples beneficios, pues si conseguimos incorporarla a nuestra personalidad, aprenderemos a respetar el curso de los acontecimientos de la vida, seremos más tolerantes y abiertos y adquiriremos una actitud de permanente conciliación, que nos permitirá asumir las situaciones y circunstancias que no están bajo nuestro control.

Cómo entrenar la paciencia:

• Una vez al día, procura disfrutar de un momento para ti, olvidándote de las preocupaciones: un café en silencio, un paseo por el parque o la melodía de tu canción favorita mientras te tumbas a respirar hondo. 

Haz una lista de situaciones que te causen impaciencia. A continuación, identifica cuáles dependen de ti. Actúa sólo en esos casos, pues no tendrás dominio sobre las que están en manos de terceros. 

• Procura saborear la espera y comprobar que no sucede nada por no obtener lo que buscas en un preciso momento. Por ejemplo, si quedas con alguien llega 5 minutos antes o date unos segundos antes de descubrir el resultado de algo. 

En la búsqueda de empleo, la paciencia es fundamental. Esto no quiere decir que tengamos que tomárnoslo con excesiva tranquilidad, hay que estar permanentemente activos. Pero no debemos caer en pensamientos como: “¿por qué no me han llamado ya si he hecho todo lo protocolariamente establecido?”, “¿por qué me han ofrecido un trabajo de inferiores condiciones a las que yo tenía antes?”. Si estás haciendo todo lo que tienes que hacer, puedes permitirte el lujo de mantener la calma, de ser paciente. Pues todo llega en la vida y esa oportunidad que buscas vendrá cuando menos te lo esperas.

Por último, me gustaría aclarar que el camino hacia la paciencia no es fácil, nadie dijo que lo fuera, pero sí es muy satisfactorio cuando llegamos al destino final. Como dice el proverbio: “la paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces”.


¿Qué les han parecido estos consejos? Seguro han sido de utilidad para Vds.

Ahora, ¡A ponerlos en práctica!



Esta información ha sido extraída de la guía ilustrada: "15 recomendaciones de expertos para tener éxito en tu proceso de búsqueda de empleo" elaborada por la Fundación Adecco y que puedes encontrar en el siguiente enlace: http://fundacionadecco.org/recursos_/15-consejos-para-buscar-empleo-fundacion-adecco.pdf